El espacio deportivo es principal componente sobre el que gira el diseño de una instalación deportiva y en el caso de espacios deportivos convencionales está compuesto por (i) el área de juego, (ii) el área fuera de juego, también conocido como sobrecarrera y (iii) el área complementaria.

El área de juego es aquel sobre el cual se desarrolla la dinámica de juego y suele tener requerimientos reglamentarios respecto a sus dimensiones y características físicas. Estos requerimientos varían dependiendo de si se trata de un espacio deportivo de competencia, entrenamiento o masificación (recreativo), existiendo también diferentes requerimientos para los distintos niveles de competición y/o entrenamiento. En casi todas las disciplinas deportivas las dimensiones y características físicas requeridas suelen tener rangos de tolerancia así como especificaciones recomendables o deseables.

El área fuera de juego o sobrecarrera suele ser empleado para permitir que el desplazamiento de los jugadores continúe una vez que se ha superado el límite o borde del campo, usualmente a cierta velocidad, por lo que su superficie y composición suele ser similar a la del área de juego, en otros casos, pòr ejemplo en el béisbol, esta área o zona se llama «zona de peligro» y tiene la función de avisar a través de su pisada, que se acerca el borde y enmallado del campo, dado que usualmente el jugador estará corriendo mirando hacia el cielo para no perder la vista de la bola. En este caso también existe un rango reglamentario de dimensiones máximas, mínimas y recomendables, dependiendo del espacio disponible.

El área complementaria es el área empleada para desarrollar actividades que no forman parte de la dinámica de juego, pero son indispensables sobre todo en espacios deportivos de competición. Esta área está destinada a los banquillos de suplentes, técnicos, jugadores castigados, jueces, calentamiento de los jugadores, anotadores, publicidad, etc. Es importante indicar que en casi todas las disciplinas deportivas, esta área no suele estipularse en los reglamentos o guías de diseño, siendo que en algunos pocos casos se indican las dimensiones necesarias para el desarrollo de eventos internacionales del más alto nivel, como son los mundiales, pudiendo existir requerimientos específicos distintos para determinada competición.

Un aspecto general a resaltar, es que las especificaciones requeridas de los componentes de los espacios deportivos pueden cambiar de un evento a otro, tal es el caso, por ejemplo, del campo de hockey sobre césped con nivel de certificación Global Elite que se usó para las olimpiadas de Londres 2012 en las que el área de sobrecarrera era de un color contrastante al del área de juego, requiriendose que sea del mismo color para un campo con el mismo nivel de certificación para los Juegos Panamericanos 2019, por lo que es sumamente importante involucrar a los responsables de la organización, a nivel deportivo, de los eventos que se esperan albergar en la instalación deportiva a diseñarse.

Este y otros aspectos se abordan a mayor detalle en el Curso Planificación y Diseño de Infraestructura Deportiva.